Mariscadoras de Moaña

Después de varios intentos conseguí reunirme con Alicia, Dolores y unas cuantas mujeres más pertenecientes a la asociación de mariscadoras de Moaña, eran numerosas las preguntas que estaba deseando hacerles a  propósito de su trabajo, preguntas que  fueron contestando pausadamente mientras nos íbamos conociendo y compartíamos un café en el Bar de la Cofradía de Pescadores, «El Pósito».

Después de un rato, decidieron que la mejor manera de conocer su oficio, era mojándome, por lo que me retaron a realizar con ellas una jornada de trabajo. A mí, que me encantan los retos, acepté encantada ante la sonrisa pícara de alguna de ellas, sonrisa que interpreté como: !ésta se va a enterar mañana!

Ni que decir tiene que esa noche me costó conciliar el sueño, temía no estar a la altura, pues sabía que me exponía a un trabajo bien duro. A las 7 sonó mi despertador y a las 8 me presenté en la Playa de Moaña, con mis botas de agua amarillas, que me venían que ni pintadas para la ocasión. Me cedieron un cubo, un rastrillo, unos guantes y un saco, y allá que me fui, casi corriendo tras ellas, con la intención de ser, al menos por un día, la mejor  aprendiza de mariscadora.

Afortunadamente, el sol brillaba, pero  todo parecía indicar que  muy pronto el calor llegaría con fuerza. Las botas de agua permitían conservar mis pies secos, pero la postura….!Ay, la postura!. Si alguien se acercara por la playa aquél día, podría afirmar sin lugar a equívocos, que una personita desentonaba en todo aquel conjunto de mujeres profesionales que agachaban sus espaldas en busca de almejas y berberechos, aquella que pemanecía en cuclillas y se levantaba cada 2 minutos al notar pinchazos en las piernas. ¿Os podéis imaginar cómo me sentía al día siguiente?

Sin lugar a dudas el marisqueo en tierra es un trabajo duro que no entiende de estaciones, bien llueva o haga muchísimo calor, estas artesanas del mar deben estar pendientes de la marea, para descender a la playa durante la bajamar, agachar sus espaldas y escarvar en la arena en busca de esos bibalbos tan apreciados en gastronomía. Un trabajo arduo al que todavía no se le reconocen enfermedades profesionales.

La playa de Moaña, posee uno de los mejores arenales de España para el marisqueo, en ella encontramos navaja,  los diferentes tipos de almejas (japónicas, babosas y finas) y el berberecho.


La almeja más preciada es la fina, ésta y la babosa son autóctonas de la zona, mientras que la japónica, es una especie que proviene de Francia y es de crecimiento muy rápido, de ahí la expansión y el  interés por su cultivo. La almeja japónica se cultiva en nuestros arenales con éxito, por ello, en épocas de cierre , por motivo de toxina o  cria, las mariscadoras aprovechan el día para el cultivo de esta especie.

No vamos a daros recetas sobre cómo cocinar estos mariscos, pero os animos a visitar alguno de los restaurantes de la zona para poder tener una auténtica experiencia gastronómica con sabor a mar. Si no estáis en Galicia, recordar que estos productos están certificados con la etiqueta «Pesca de Rias«, lo que garantiza su calidad. Este sello es posible encontrarlo en otros productos del mar frescos o transformados, como algas, pescados y cefalópodos.

Desde aquí queremos agradecer a todo este colectivo, en especial a Alicia Rodríguez (expresidenta de la asociación y principal impulsora de ésta hace ya más de 40 años) y Dolores Álvarez (Presidenta de la asociación de mariscadoras de Moaña), por haberme dado la oportunidad de pasar un gran día con ellas, compartiendo además de su trabajo, sus risas, sonrisas y a aprender algunas cosas más sobre la almeja y su ciclo de vida.

¿Te gustaría ver a estas artesanas del mar en plena acción? pincha este enlace.

6 respuestas a “Mariscadoras de Moaña

    • espof

      Muchas gracias Araceli, efectivamente su trabajo no está todo lo bien reconocido que se merece. Piensa que además de mariscar deben después ir a la lonja, lavar, clasificar y pesar el marisco, además de hacer labor de vigilancia en las playas para luchar contra el intrusismo.

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  1. Ana

    Acabo de descubrir este blog, un buen reportaje y buenas fotos. Realmente es un trabajo muy duro. ¿Tienes alguna foto más? ¿Podría conseguirlas? Mi madre es una de las mariscadoras de las primeras fotos. Lleva toda la vida trabajando en esto y son las primeras que tengo. Gracias.

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