Visita relámpago a la Costa Brava

En mayo, cuando  ya el sol comienza a apretar pero el agua sigue estando fría para muchos, nosotros, como buena gente del norte, creímos que era el momento idóneo para escaparse un par de días y acercarse a esos encantadores lugares cercanos a Barcelona de los que tanto habíamos oído hablar.

Ruinas de Santa Cruz de Roda

Pusimos rumbo a la Costa Brava para adentrarnos en el interior del  Parque Natural del Cabo Creus. Para dormir elegimos un hotel rural ubicado en Palau-Saverdera, un tranquilo pueblo del interior, muy cerca de núcleos costeros archiconocidos como Rosas y Cadaqués pero separado por unos pocos kilómetros, los suficientes para encontrar ese relax del que nos gusta disfrutar cuando viajamos.

Terraza del hotel La Nui de Sol

La elección del hotel, muy meditada, no nos defraudó, La Niu del Sol es uno de los hoteles pioneros en obtener la categoría de Hotel Gastronómico. Aunque no probamos su interesante menú nocturno basado en la filosofía Slow Food, si podemos presumir de haber saboreado sus desayunos, culpables de que lo eligiéramos como lugar de descanso por una noche, su amplia selección de los mejores productos locales y sus dulces, preparados como en casa, son quizás una de sus mayores riquezas, provocadoras de excelentes comentarios. Un rústico cargado de detalles y rincones que hacen querer prorrogar la estancia unos días más. Volveremos.

Alubias de Can Carriot

Mercé preparó nuestro recorrido por la zona para que aprovecháramos nuestra corta estancia al máximo, recomendando incluso los mejores restaurantes de Palau. Como solemos hacer caso a las recomendaciones, esa misma tarde comimos en Restaurante Can Carriot y disfrutamos de su gastronomía casera bajo la majestuosa higuera de su terraza. Por la noche, hicimos una cena de fusión y siguiendo las recomendaciones de Mercé nos fuimos al Restaurante Nou Fusión, mezcla de tradición asiática y contemporaneidad mediterránea en un entorno rural donde no falta espacio para el arte.

Rollitos de Nou Fusion

El primer día comenzamos la ruta en Castelló d’ Empúries, para conducir luego hasta el bonito pueblo de Sant Martí d´Empúries y recorrer a pie el camino litoral hasta L’Escala, donde nos esperaba una espectacular puesta de sol y que pasa por el antiguo yacimiento arqueológico de Ampurias.

Paseo Litoral de L´Escala

Al día siguiente nos dirigimos al monasterio Sant Pere de Rodes, con su obligada subida a las ruinas del Castillo de San Salvador de Verdera y a las ruinas del poblado medieval de Santa Cruz de Roda. Desde allí bajada al Port de la selva, tiempo para refrescarnos en una de sus terrazas marítimas antes de poner rumbo a Portlligat y la casa que atrae a miles de visitantes internacionales, la casa en la que vivieron Dalí y Gala.

Castelló d´Ampuries

 

Cerca de allí nos escondimos en una de las muchas calas rocosa del Cabo Creus, para darnos un merecido chapuzón y disfrutar de un mar mediterráneo fresco, solitario y transparente que nos preparó las piernas para subir al Faro y ofrecernos el magnífico paisaje  rocoso sobre su fondo azul.